La buena esposa

Calificación: 8.0

El matrimonio es una prueba diaria de amor y lealtad que, para los afortunados, es duradero y refuerza sus sentimientos día con día; en la riqueza y la pobreza, en la salud y la enfermedad son frases que deben tomarse muy en serio cuando se está de verdad con el ser amado, pero también este amor debe verse reflejado hacia uno mismo para poder entonces tener un sentimiento compartido que ambos nutran con buenas intenciones y acciones que siempre empujen al otro hacia adelante.

La siete veces nominada al Oscar, Glenn Close, interpreta a Joan Castleman, esposa de Joe, Jonathan Pryce, un afamado escritor que está a punto de recibir el Premio Nobel de Literatura por su larga trayectoria, sin embargo, la realidad no es tan bonita como la pintan pues, a lo largo de la trama, se revelan secretos de los Castleman que demuestran que el sacrificio que se hace por el otro no siempre es bien correspondido.

Contando con muy buenas actuaciones, este filme contiene una historia que toca temas elementales de la relación de pareja, para muchos es muy sencillo el gozar de los éxitos de los demás y el siempre animarlos a más, para otros, lamentablemente, el tema de los celos y la envidia pueden más que el afecto que puedan sentir por otros, llámese esposo, colegas o hasta con los propios hijos.

Si bien esta cinta no pretende dejar un mensaje de empoderamiento femenino, o de soltar las cadenas que te detienen para continuar con tu camino, en buena parte sí muestra una realidad que es un tanto incómoda pero que, aunque suene raro, en estos tiempos tiene que seguir diciéndose una y otra vez hasta que no sea más que una frase antigua: el anularse a sí mismo es lo peor que podemos hacer, por nosotros y los demás, cada quien debe ser lo mejor para sí y encontrar a alguien que esté dispuesto a apoyarte, sería lo mejor, pero en caso de que no, triunfar, tener tu propio brillo y no ser "el pariente de" siempre será nuestra mejor decisión en la vida, crecer también es ayudar a los demás a hacerlo, pero no si eso implica dejarte a la deriva a ti mismo.