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Ex-machina

Calificación: 8.0


La película que le valiera su primer nominación al Globo de Oro a la actriz Alicia Vikander es un drama que nos demuestra cómo el poder que el ser humano está otorgando a las maquinas podría ser un error que desemboque en un caos global.

Si bien esta temática ha sido retomada en muchas ocasiones, Yo, robot e Inteligencia Artificial son un claro ejemplo, lo que diferencia a este filme es la rudeza con que es tratado el tema de la deshumanización en la que vivimos en la actualidad, o en un futuro no muy lejano, como se muestra en la trama, ya que el grado es tal que el ser humano ha dejado en segundo término la empatía y compasión, lo que complica aún más el desarrollo de estos sentimientos por otros seres vivos.

Por otro lado, la soledad que caracteriza a los tres personajes centrales de la historia, Caleb, Ava y Nathan, muestra un lado muy crudo de la naturaleza humana (a excepción de Ava, claro está) en donde la carencia de afecto y reconocimiento puede llegar a extremos muy retorcidos dentro de la mente que, peor aún, tienden a crear realidades dañinas para uno mismo.

Lo curioso de esta cinta es el trato que da a las maquinas y al ser humano al ponerles en una balanza que deja en bastante desventaja al hombre que, aunque creador de esta inteligencia artificial que comienza como algo de utilidad para la vida diaria, pronto cambia el rol y sobrepasa los límites de entendimiento y control humano pues le lleva una notable ventaja por el nivel de complejidad que requiere su propia existencia, sin embargo, el director se encarga de dejar varios cuestionamientos al aire, ya sea a propósito o por no querer dar una resolución tan absoluta, pero que seguirán quedando en incógnita hasta que la propia tecnología nos encause a esa situación; entre estas preguntas están cuáles serían las probabilidades de convivir con inteligencias artificiales que rebasan nuestro propio entendimiento y hasta dónde seguiremos conmoviéndonos con cosas sin vida propia, así como nos desentendemos del mundo que nos rodea y que tiene un corazón latente que busca que lo miremos y le prestemos atención.


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